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El bitcoin de oro es una realidad

Con una primera acuñación limitada de 500 unidades, su diseño está presidido por el logotipo de Bitcoin, lleva un código numérico que revela Satoshi

El bitcoin de oro es una realidad, la plataforma alemana de compraventa de metales preciosos CoinInvest acaba de lanzar al mercado Gold Bitcoin. Se trata de una original moneda de 1 oz de oro. Su diseño conecta de forma representativa el mundo de los metales preciosos con el de las criptomonedas. Se trata de una idea curiosa para adentrarse en este mercado tan misterioso y apasionante como productivo.

Cuenta con un valor nominal de 100 dólares Niue, un precio de 2500 euros y una tirada limitada de 500 unidades, esta moneda se convierte así en una excelente opción tanto para inversores como para coleccionistas. Además, es perfecto para animarse a aprender a invertir en este tipo de mercado tan en auge y que cada vez tiene más adeptos.

El deseo de convertir una criptomoneda en un activo físico fue la inspiración de su creador, Daniel Marburger, director General de coininvest.com. “Con este exclusivo bitcoin pretendemos que el mercado español se anime a invertir en este tipo de bien intangible y se familiarice más con este mercado captando nuevos inversores”, explica el propio Marburger.  “Incluir bitcoins a nuestra cartera ha aumentado drásticamente nuestra presencia en el grupo de menores de 30 años”, concluye el directivo.

El bitcoin de oro es una realidad. Como características especiales cuenta con un diseño único, con un código binario en el borde exterior de la moneda con el nombre del creador de Bitcoin Satoshi Nakamoto. También incluye en el borde exterior el valor de retención expresado en milibitcoins el día en el que fue diseñado.

Más información sobre el Gold Bitcoin en la web de CoinInvest.

Lucas García

Me apasiona la tecnología, los videojuegos. las impresoras, las cámaras de fotografía, los móviles, portátiles, ratones, tabletas, dispositivos USB, programas de todo tipo, altavoces y... hasta el infinito y más allá.

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